Que no se me escape nada

La niña de rojo,
que dibuja esquinas
que vende su gracia
por veinte monedas
se parece a mí.

Tarde plañidera,
de gris apatía
vulgar agonía
con anestesia
de televisión.

Ese leve gesto,
que anuncia tormenta
me pongo a cubierto
porque tú mi cielo
tiras a matar.

El cielo cayó,
sobre mi cabeza
respiro y aprendo
para que otra vez
lo intente esquivar.

Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Aunque éste sea triste.
Aunque éste sea triste.

Que no haya injusticia,
que no sea mía,
ni dolor ajeno
ni sueño imposible
por el que luchar.

Siento que un «no sé»
quema en la garganta
imagino puentes
la noche es eterna
absurda y cruel.

Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Aunque éste sea triste.
Aunque éste sea triste.

Con cierta torpeza,
desnudo los miedos,
que pueblan mis sueños
porque así desnudos
me dejan en paz.

Y aquella caricia,
que hoy solo es recuerdo,
un mapa difuso
memoria que duele
necesario adiós.

Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Aunque éste sea triste.
Aunque éste sea triste.

Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Que no se me escape nada,
que no pierda un segundo.
Aunque éste sea triste.
Aunque éste sea triste.

«Que no se me escape nada(audio)» de Doctor Deseo en el álbum «Suspira … Y conspira«.

De vuelta al Bilbao, que me acoge con un gris día de invi…, digo, verano.

Transantiago

Llevo un par de posts atrasados, pero bueno, mejor postear en desorden que no postear. Hoy he tenido la oportunidad de montar (o al menos intentarlo) uno de los buses del transantiago, esa magnífica reforma del transporte público de Santiago de Chile. De película de terror. 6 «micros» han pasado, un par ni han parado por que ya iban llenas, el resto con gente colgando de la puertas. Y en la parada decenas de personas esperando.

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Saltando el charco

Imagen bajo licencia GFDL tomada de la wikipedia

En pocas horas me metere en un gran cilindro de aluminio y después de 13 cual sardina en una lata habré cruzado «el charco».  Si no reconocéis la ciudad de arriba (como yo 🙂 deciros que es Santiago de Chile, donde espero aterrizar el lunes. He sido invitado a participar en el Encuentro Mayo y gracias a ello voy a poder cruzar el charco por primera vez. La verdad es que soy un poco pipiolo en esto de los viajes (pocas veces he viajado al extranjero) y este viaje se escapa de mi escala de viajes 🙂 Lo bueno es que allí me estarán esparando las comapañeras de Freekorp que me van a acoger en su casa/oficina, y seguro que hacer que me sienta como en casa.

El día 16 daré dos charlas (por si alguien me lee desde Chile, que se que algún despistado ya entra :). La primera será sobre el hacktivismo y la segunda mas techie, sobre como crear distribuciones de GNU/Linux a medida. Si, los títulos son muy geeks 🙂

Y bueno, ayer me despedí del monte (bueno, de la escalada, incluyendo mi primera vía nocturna con la frontal 🙂 y esta mañana de la bici. Así que solo me falta terminar la mochila (maldita procastinación)  y coger un arsenal de lectura-música para pasar las largas horas de viaje que me esperan.